Para abordar el tema de marketing relacional, lo primero en lo que debemos enfocarnos es en la relaciones entre seres humanos. Hay que olvidarnos un poco del B2B del B2C y debemos empezar a hablar de humanos a humanos como lo plantea Bryan Kramer, porque si no lo vemos de esa forma vamos a seguir enredándonos y tratando de construir relaciones de marketing relacional, cuando no son estrategias sino tácticas para lograr incrementar el compromiso entre la marca y sus distintos grupos de interés. Las etapas del relacionamiento son tres, como nosotros lo hemos venido definiendo. La primera es PROPICIAR,

«Preguntando se llega a Roma”. La mejor forma de encontrar algo es preguntando, las preguntas nos hacen conocer personas, cuestionarnos nos lleva a entender temas y también preguntando encontramos nuevas marcas. Es innegable el hecho de que un alto porcentaje de las marcas que consumimos son resultado de una referencia: del éxito de una excelente atención al cliente, un producto diferencial que superó la expectativa o una promesa de valor que logró que el receptor hablara de la marca y más que eso, que la recomendara. Las acciones que siguen a una necesidad de compra generalmente son la búsqueda de